SFN | Arauca
El martes 17 de septiembre, el departamento de Arauca fue escenario de un grave atentado contra una base militar ubicada en Puerto Jordán, perpetrado por el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Este ataque, realizado con explosivos tipo cilindro bomba, dejó un saldo inicial de 16 heridos, cifra que rápidamente aumentó a 27, incluyendo siete en estado crítico. Desafortunadamente, dos de los soldados heridos fallecieron debido a la gravedad de sus lesiones, en un ataque que ha sido calificado como un acto terrorista por el Ejército Nacional.
Las víctimas mortales, identificadas como los soldados profesionales Julián Patiño Arango y Bayron Andrés Correa Vargas, murieron pocas horas después del ataque. Sus nombres fueron mencionados en el comunicado oficial del Ejército, el cual también destacó que se movilizó un equipo interdisciplinario para brindar apoyo emocional y logístico a las familias de los militares afectados. En el comunicado, las autoridades subrayaron su compromiso de recordar a los soldados caídos como héroes que defendían la seguridad del país.
Traslado y atención médica urgente
Debido a la gravedad de las heridas de varios soldados, el Ejército organizó de manera inmediata el traslado aéreo de 18 de los heridos críticos hacia Bogotá, donde serían atendidos en el Hospital Militar Central.
Los heridos que no requerían traslado urgente fueron enviados a centros médicos cercanos en Tame, Arauca, Yopal y Casanare. El general Luis Emilio Cardozo Santamaría, comandante del Ejército Nacional, viajó a Arauca para supervisar personalmente las operaciones de atención y la investigación del ataque, un claro indicio de la importancia que el gobierno colombiano le otorga a este acto de violencia.
Un ataque en plena área civil
El atentado, llevado a cabo a menos de un kilómetro de una escuela, provocó un pánico generalizado en la comunidad cercana, especialmente entre los padres de los más de 300 estudiantes que asistían a la institución educativa.
Muchos padres se movilizaron rápidamente para retirar a sus hijos del lugar, y se reportó que al menos cinco niños se desmayaron debido al impacto de la explosión. Las autoridades aún están evaluando el alcance del daño estructural causado por el ataque, que incluyó la rotura de ventanas y el colapso parcial del techo de una de las instalaciones de la base militar.
Las imágenes divulgadas en redes sociales mostraron los restos del ataque: escombros cubriendo gran parte del área afectada, vigas metálicas dobladas y secciones del edificio con daños graves. Además, se pudo ver que los explosivos utilizados, conocidos como «tatucos», dejaron una devastación significativa en la capacidad operativa de la base. Este tipo de armamento, característico de ataques guerrilleros, genera gran destrucción, lo que agrava la situación de inseguridad en la región.
Este ataque del ELN ocurre en un contexto de escalada de violencia en Arauca, región históricamente golpeada por el conflicto armado en Colombia. Desde que el gobierno nacional suspendió el cese bilateral del fuego con el ELN, el grupo insurgente ha incrementado sus ataques, empleando tácticas que contravienen el derecho internacional humanitario, como lo demuestran sus recientes acciones.
A principios de agosto de 2024, el ELN declaró un paro armado en el sur de Chocó, que confinó a más de 50.000 personas durante nueve días y resultó en tres muertes indirectas. Además, en las últimas semanas, la guerrilla ha perpetrado más de 15 atentados contra el oleoducto Caño Limón-Coveñas y ha asesinado a tres soldados en diferentes operativos.
Este patrón de violencia ha sido interpretado por muchos analistas como una estrategia del ELN para fortalecer su posición en las negociaciones de paz, que actualmente están en una fase crítica. A pesar de los esfuerzos del gobierno del presidente Gustavo Petro para avanzar en un diálogo con los grupos armados, los ataques recientes evidencian una ruptura en la confianza y un recrudecimiento del conflicto, afectando gravemente a las poblaciones civiles y militares en las zonas más vulnerables del país.
Respuesta del gobierno y el Ejército
El ministro de Defensa, Iván Velásquez, calificó este ataque como una grave violación a los acuerdos alcanzados previamente en los diálogos de paz y aseguró que el gobierno tomará las medidas necesarias para restablecer el orden en la región de Arauca.
Velásquez resaltó que este tipo de acciones terroristas, especialmente cuando involucran el uso de explosivos en áreas cercanas a instalaciones civiles, solo deterioran la confianza en el proceso de paz. El ministro enfatizó que la prioridad en este momento es garantizar la atención adecuada a los heridos y prevenir nuevos actos de violencia.
El Ejército, por su parte, ha redoblado esfuerzos para localizar a los responsables directos del ataque y aumentar la seguridad en la zona.
En un comunicado, las Fuerzas Militares señalaron que continuarán luchando por la estabilidad en las regiones afectadas por el conflicto y que no descansarán hasta lograr que los responsables del atentado sean llevados ante la justicia.
