REDACCION INTERNACIONAL
Agencias / Bruselas
La relación entre Estados Unidos y Europa entró esta semana en una de sus fases más tensas en años, luego de que el presidente estadounidense Donald Trump lanzara nuevas críticas contra la Unión Europea y pusiera en duda el compromiso de Washington con el Artículo 5 de la OTAN, la cláusula que obliga a todos los aliados a responder ante un ataque armado contra cualquiera de sus miembros.
Las declaraciones generaron preocupación inmediata en Bruselas, donde líderes comunitarios reconocen —por primera vez de manera abierta— que el continente debe prepararse para la posibilidad de tener que defenderse por sí mismo ante futuras amenazas militares.
Fuentes diplomáticas señalaron que en la capital europea se vive un ambiente de “alerta estratégica”, pues las afirmaciones de Trump reavivan el debate sobre la dependencia militar del continente hacia Estados Unidos, especialmente en momentos en que la guerra en Ucrania continúa presionando las capacidades defensivas europeas.
Desde Washington, altos funcionarios confirmaron el mensaje: la era en la que Estados Unidos actuaba como “Atlas”, sosteniendo el orden mundial sobre sus hombros, “ha terminado”. El Gobierno norteamericano insiste en que los aliados deben aumentar sus compromisos financieros y políticos si desean mantener la arquitectura de seguridad construida durante décadas.
A esta tensión se suma otro factor que preocupa a la Casa Blanca: los flujos migratorios masivos que impactan a Europa. Según autoridades estadounidenses, la presión migratoria está “transformando el continente” y debilitando su cohesión interna, lo que lo convertiría en un socio menos sólido para enfrentar desafíos globales.
Mientras tanto, en Bruselas crece el debate sobre acelerar proyectos de defensa común, reforzar la inversión militar y depender menos del paraguas estadounidense. Analistas coinciden en que este podría ser un momento decisivo para el futuro de la seguridad europea.
Europa, que durante años confió en la protección de Washington, siente ahora que las reglas han cambiado. Y, según sus propios dirigentes, debe prepararse para un escenario donde tendrá que sostenerse por sí misma.
