Una controvertida pelea en los Juegos Olímpicos de París ha desatado un debate sobre la equidad y la seguridad en el deporte femenino. La boxeadora italiana Angela Carini se retiró tras recibir un fuerte golpe de su rival argelina, Imane Khelif, quien tiene una condición de Diferencia del Desarrollo Sexual (DSD) y características masculinas.
La pelea, que tuvo lugar el jueves en el auditorio de boxeo de los Juegos Olímpicos, terminó de manera abrupta cuando Carini se detuvo después de recibir un potente golpe de Khelif y se negó a continuar. La italiana, que había sido favorita para ganar la medalla de oro, se dirigió a su esquina y se sentó en el banquillo, visiblemente afectada por el golpe.

La victoria de Khelif, que fue declarada ganadora por retirada de su rival, ha generado críticas y debates sobre la equidad en el deporte femenino. La argelina, que tiene 25 años, había sido descalificada de los campeonatos del mundo del año pasado debido a sus niveles de testosterona y características físicas masculinas.
Sin embargo, el Comité Olímpico Internacional (COI) permitió su participación en los Juegos Olímpicos, argumentando que Khelif había cumplido con los requisitos para competir en la categoría femenina. La decisión del COI ha sido cuestionada por muchos, que argumentan que la presencia de atletas con DSD en categorías femeninas puede ser injusta para las demás competidoras.
La derrota de Carini ha provocado reacciones en Italia, donde la primera ministra, Giorgia Meloni, calificó la pelea como «un combate que no parecía estar en igualdad de condiciones». La boxeadora profesional Claressa Shields también se pronunció sobre el tema, destacando la necesidad de protocolos de análisis transparentes para garantizar la equidad en el deporte.
Carole Hooven, una reconocida experta en hormonas y diferencias sexuales ha abordado el tema de los atletas con DSD en el deporte femenino a través de su cuenta de Twitter. Según Hooven, las personas con DSD deben ser tratadas con compasión y recibir la atención médica que necesiten. Sin embargo, cuando los atletas masculinos con DSD compiten en categorías femeninas, surgen preocupaciones sobre seguridad y equidad.
Seems like a good time to re-post my older (now edited) post about athletes with XY DSDs (Disorder, or Difference of Sex Development). Lots of graphs and detail about the relevant biology at the end.
— Carole Hooven (@hoovlet) August 1, 2024
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First: People living with DSDs…
Hooven explicó que los atletas con DSD XY que tienen testículos, cromosomas sexuales XY, niveles típicos masculinos de testosterona y receptores de andrógenos funcionales, a menudo son descritos como mujeres con «hiperandrogenismo», es decir, niveles anormalmente altos de testosterona. Estos atletas experimentan beneficios físicos de esta alta testosterona durante la pubertad, lo que se traduce en ventajas atléticas sobre las mujeres.
También destacó que la reducción de la testosterona masculina en la edad adulta no deshace los beneficios físicos de la pubertad masculina, lo que significa que los atletas con DSD que compiten en categorías femeninas pueden tener una ventaja injusta.
Cabe destacar que Khelif, nació mujer, pero su apariencia física ha llevado a que se enfrente a críticas y cuestionamientos sobre su elegibilidad para competir en la categoría femenina, pero es importante aclarar que su género de nacimiento es femenino y no ha sido objeto de debate en su carrera deportiva hasta ahora.
El debate sobre la participación de atletas con DSD en categorías femeninas es complejo y requiere ser abordado con cuidado y basado en la evidencia científica. La seguridad y la equidad en el deporte femenino deben ser prioritarias, y se necesitan normas claras y justas para garantizar la competencia leal.





